La metáfora se escribe sola: después de un año de cepos cruzados y “déficit cero”, Luis Petri salió con su propia versión de plan platita tras el revés que sufrieron en el 7S. ¿El envoltorio? Un programa de “beneficios y reintegros” para la “familia militar” operado con el Banco Nación: tope de hasta $300.000 de reintegro durante octubre–noviembre para compras con tarjetas Visa/Mastercard y MODO, más un paquete de promos asociadas. Todo en plena campaña, con Petri encabezando la boleta en Mendoza.
El costado “serio” está en el Boletín Oficial: la Resolución 807/2025 creó el “Programa Integral de Acciones para el Bienestar del Personal Integrante del Sistema de Defensa Nacional – Familia Militar”. El texto habla de descuentos en educación, salud, alimentos, indumentaria, transporte, turismo, servicios bancarios, tecnología y cultura, implementados vía plataformas de validación y —dato sensible— “sin erogación presupuestaria adicional”: o sea, convenios con privados y banca pública, no caja directa del Tesoro.
Traducción al criollo: un traje a medida de “beneficios” para militares, retirados, pensionados, personal civil de Defensa, IOSFA, UNDEF y veteranos, con el display marketinero de los bancos (promos, cuotas y reintegros) en el mes más político del año. El programa había sido anticipado extraoficialmente como “Tarjeta Soldado”; ahora llegó en forma de resolución y combos puntuales del BNA+. Medios provinciales y nacionales difundieron las piezas con la lista de descuentos.
La paradoja de campaña es deliciosa: La Libertad Avanza fustigó durante meses el “plan platita” ajeno… para terminar lanzando uno sectorial propio, justo sobre un electorado que venía áspero con Petri por salarios licuados, crisis del IOSFA y recortes en programas. No es que deje de ser loable la mejora para los beneficiados pero es lisa y llanamente promoción electoral con plus económico indirecto para un universo de más de un millón de personas entre activos, retirados y familias.
¿Es sólo “propaganda”? No: es norma. La resolución delegó en Relaciones Institucionales la firma de convenios y ancló el argumento en la práctica internacional (beneficios a personal militar en países OTAN). El punto polémico no es la existencia de descuentos —que cualquiera aplaudiría si fueran políticas estables—, sino el timing y el target electoral: el mismo Gobierno que ajustó a docentes, universidades y hospitales ahora pone a rodar reintegros “para los propios” a semanas de votar.
En VEM ya repasamos la mala relación de Petri con las Fuerzas (de la obra social a los manotazos presupuestarios) y cómo eso tensó el vínculo con una tropa que históricamente estaba en la orilla opuesta del peronismo pero decidió cambiar el sentido de su voto. Esta movida intenta descongelar ese frente con beneficios tangibles y un mensaje: “hay premio si aguantan”. Si será “Cuenta DNI militar” o boomerang, lo dirán los comicios.
En términos técnicos, lo importante de hoy queda en tres renglones:
Qué se aprobó: un programa de beneficios para la comunidad de Defensa (Resolución 807/2025), con convenios y validación digital. No agrega gasto presupuestario explícito.
Qué “promo” circula: reintegros de hasta $300.000 bimestrales en compras con tarjetas del Banco Nación, del 1/10 al 29/11, acumulables con otras promos, más otros descuentos del ecosistema BNA+.
Por qué ahora: porque Petri es candidato y porque el oficialismo necesita amortiguar enojo en un electorado clave para su relato de “orden”.
¿Moverá la aguja? Si el pastito económico sigue seco —dólar financiero nervioso, riesgo país arriba de 1.200, marching band en el Congreso—, los reintegros duran lo que dura una promo bancaria. Pero si el oficialismo consigue que la familia militar sienta alivio hoy, quizá le alcance para mañana sacar la cabeza del agua en los distritos donde más le cuesta. En campaña, una promo vale más que mil palabras. Y si es con logo del Estado y plástico del Nación, mejor.