O se es Kirchnerista o se es Libertario

La vía del medio está muerta: ¿la maldición de elegir entre kukas y libervirgos?

No hace falta velorio, pero sí acta de defunción. La elección de mitad de término dejó un mensaje con letras gigantes: el poder real se ordena en dos polos y el resto mira desde la trubuna. La Libertad Avanza ganó a nivel nacional con más del 40% y se aseguró el tercio que buscaba en Diputados; Fuerza Patria quedó segunda con algo más del 30%; el resto, lejos.

¿Dónde quedó la “avenida del medio”? A esta altura, peatonal. Provincias Unidas (PU) hizo ruido de previa y después corrió de atrás. En Santa Fe, tierra del “modelo pullarista”, terminó tercera (LLA 1°, peronismo 2°) y metió 2 de 9 bancas; el peronismo 3 y LLA 4. Si ni en su laboratorio rompe la polarización, difícil venderla por catálogo. En Córdoba, el supuesto kilómetro cero del centro político, el mapa quedó violeta: LLA ganó holgado y PU quedó lejos; la crónica fue más cruel que cualquier tuit.

La izquierda (FIT-U) es otra cosa: chica, sí, pero con identidad. En un país hiperpolarizado, volvió a sostener presencia y bancas (en PBA, incluso se consolidó tercera en varios distritos), porque milita una creencia, no un atajo táctico. No gobierna ejecutivos grandes, pero no desaparece; por eso va a seguir estando cuando cambie el viento.

Los números nacionales completan la foto: el oficialismo ganó con ≈40–41% y sumó ~64 diputados nuevos; el peronismo, segundo; Provincias Unidas quedó en dígito simple; la izquierda, más abajo pero firme en su nicho.

¿Y 2027? Las legislativas pueden admitir terceras y cuartas marcas; pero en los ejecutivos (Presidencia, gobernaciones grandes, intendencias claves) el voto útil y la gobernabilidad empujan a elegir bando. El centro como identidad “anti-polarización” seduce en paneles, no en urnas: PU es un consorcio de gobernadores que administran (y negocian), no un frente con relato nacional. La izquierda, en cambio, es un partido-militancia con un piso que no se evapora cuando baja la espuma, aunque si tiene una tendencia a hacer mejores elecciones legislativas que ejecutivas. Resultado: la duda real del votante no será “¿hay vía del medio?”, sino “¿de qué lado del mostrador me paro?”.

Mucho tiempo atrás de hablaba de mal menor. No es un consigna para llevar a la batalla cultural pero tal vez es algo que algunos ciudadanos puedan aceptar como un anillo sanitario contra la extrema derecha. No parece posible posible la creación de algo nuevo: en algún momento de 2027 vas a tener que elegir entre lo que hoy se llama Fuerza Patria o el engrendo en que se convierta LLA, influido por el PRO, los gobernadores y Scott Bessent.

Es duro, pero es así. O K o libertario. Si no te gusta ninguno de los dos, elegí el que menos picazón te genere.

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Leandro Retta