trimestres seguidos sin crecer

¿Argentina está en recesión técnica?

Argentina se encamina a una recesión económica en términos técnicos, según múltiples indicadores oficiales y privados. Tras un breve repunte a inicios de 2025, la actividad comenzó a enfriarse nuevamente. El segundo trimestre del año ya mostró una leve contracción del PBI, y las estimaciones apuntan a que el tercer trimestre también cerró en baja, configurando dos trimestres consecutivos de caída –el criterio clásico de recesión técnica. Organismos nacionales e internacionales advierten que los sectores productivos clave (industria, comercio, agro) vienen registrando descensos, mientras solo el sector financiero exhibe crecimiento, anticipando un panorama recesivo inminente. En las siguientes secciones analizamos las definiciones y datos de distintos observatorios (INDEC, UTDT, CEPAL, CIFRA) para diagnosticar la situación actual de la economía argentina.

Definición técnica de “recesión”

En economía se suele hablar de “recesión técnica” cuando un país acumula dos trimestres consecutivos de caída en su Producto Interno Bruto (PIB), medido en términos desestacionalizados. En otras palabras, si el PBI real disminuye durante dos trimestres seguidos respecto al trimestre anterior, se considera que la economía entró en recesión. Esta definición, popularizada desde la década de 1970, sirve como regla práctica para identificar un descenso prolongado de la actividad económica. Más allá de este criterio cuantitativo, las recesiones suelen venir acompañadas por caídas generalizadas en variables como la producción, el consumo, la inversión y el empleo. Sin embargo, para la declaración oficial de recesión normalmente se observa principalmente el comportamiento del PIB o del nivel de actividad agregado.

Indicadores oficiales: ¿Qué dice el INDEC?

Evolución del PBI real de Argentina (serie desestacionalizada, base 2004=100). Se observa la tendencia reciente con una leve caída en el 2° trimestre de 2025, tras tres trimestres consecutivos de recuperación (Fuente: INDEC, datos al 2T 2025).

La información más reciente del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) confirma una desaceleración marcada de la economía. En el segundo trimestre de 2025, el PBI de Argentina cayó un 0,1% en términos desestacionalizados respecto al trimestre anterior. Esta baja, aunque modesta, cortó tres trimestres consecutivos de crecimiento que había experimentado la economía tras la recesión de 2024. A nivel interanual, el PIB del segundo trimestre aún mostró una expansión de 6,3% debido a la base de comparación baja (el segundo trimestre de 2024 estuvo en plena recesión). No obstante, la variación trimestre contra trimestre refleja estancamiento y marca el primer paso hacia una posible recesión técnica.

Los datos mensuales oficiales trazan un panorama similar. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC registró en agosto de 2025 una variación positiva de apenas 0,3% (desestacionalizada) respecto a julioi. Ese leve repunte interrumpió tres meses seguidos de contracción mensual de la actividad que se venían observando desde mayo. En el acumulado de enero a agosto, el EMAE mostraba un crecimiento de 5,2% interanual, pero este número está influenciado por el “efecto rebote” estadístico tras la profunda caída del año anterior. De hecho, la tendencia-ciclo del nivel de actividad continúa en descenso: en agosto mostró una caída de 0,1% respecto del mes previo, encadenando seis meses consecutivos de contracción en la tendencia.

Desagregando por sectores, se evidencia que los motores tradicionales de la producción están en recesión mientras solo algunos rubros puntuales crecen. En agosto, la industria manufacturera cayó 5,1% interanual y el comercio (mayorista y minorista) retrocedió 1,7% interanual, restándole más de un punto porcentual al crecimiento del EMAE.

También se contrajeron sectores clave como la construcción (-4,4% interanual) y el sector agropecuario (-1,6% interanual)facebook.com, reflejando un estancamiento generalizado. Por el contrario, las mayores subas se dieron en intermediación financiera (+26,5% interanual) y explotación de minas y canteras (+9,3% interanual), que impulsaron ligeramente el índice.

Esta disparidad sugiere que el crecimiento está focalizado en sectores específicos (como banca y minería) mientras la economía real (producción de bienes, comercio interno y campo) se contrae. En síntesis, los datos oficiales del INDEC ya muestran un enfriamiento claro: un trimestre completo de caída del PBI (Q2 2025) y señales de que el tercer trimestre seguiría en terreno negativo, satisfaciendo así la condición de recesión técnica si se confirma la baja.

Alertas de consultoras y observatorios privados

Diversos indicadores adelantados y análisis de consultoras privadas refuerzan la idea de que Argentina está entrando en recesión. Un reporte de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) estimó en 98% la probabilidad de que la economía argentina ingrese en recesión en el corto plazo. Este cálculo proviene de su Índice Líder, un indicador compuesto que busca anticipar cambios de ciclo. En septiembre de 2025, dicho índice mantuvo una probabilidad de recesión cercana al 100%, luego de haber dado un salto desde 56% a casi 99% en agosto.

La UTDT destacó que 7 de las 10 series que componen su Índice Líder muestran variaciones negativas, lo que indica una difusión amplia de la caída en la actividad. Además, la serie tendencia-ciclo de este índice acumuló seis bajas mensuales consecutivas hasta septiembre, sugiriendo que la economía atraviesa una fase de desaceleración con alta probabilidad de convertirse formalmente en recesión en los próximos meses.

Las consultoras económicas locales ya dan prácticamente por hecho el ingreso en recesión. Por ejemplo, Orlando Ferreres & Asociados –que elabora su propio Índice General de Actividad (IGA)– reportó que en septiembre la actividad cayó 0,8% (mensual), acumulando una contracción del 0,3% en el tercer trimestre de 2025 (frente al segundo). De confirmarse este dato en las estadísticas oficiales, Argentina estaría efectivamente en recesión técnica al encadenar dos trimestres de caída.

Ferreres señaló que la economía argentina “entró en recesión al cierre del tercer trimestre de 2025”, en línea con lo que venían marcando otros análisis privados. Otras consultoras coincidieron: Equilibra, por caso, estimó una baja de ~1% en la actividad de septiembre y una caída acumulada de 0,7% en el tercer trimestre, ratificando el escenario recesivo. También Analytica y otras firmas han anticipado caídas en el nivel de actividad en la segunda mitad del año. Estos indicadores adelantados funcionan como señales de alarma: aun antes de contar con la confirmación oficial del INDEC para el tercer trimestre, el consenso entre analistas privados es que la recesión ya comenzó o es inminente.

La perspectiva de la CEPAL

El diagnóstico local se ve respaldado por organismos internacionales. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en su informe más reciente de perspectivas, advirtió que Argentina atraviesa “meses de recesión” y recortó su proyección de crecimiento para 2025. Inicialmente, la CEPAL esperaba un repunte de 5,3% para el PIB argentino en 2025, pero ahora redujo esa previsión a solo 4%.

Este ajuste reconoce que la recuperación pos-2024 perdió fuerza: de hecho, para que se cumpla la nueva estimación de 4%, la actividad de los próximos meses debería arrojar cifras negativas, frenando el acumulado anual. En otras palabras, el propio pronóstico de CEPAL implica que la economía tendrá un segundo semestre recesivo en 2025.

.Ante tal situación, la CEPAL recomendó combinar la disciplina fiscal con medidas pro-inversión productiva y de inclusión social, para evitar que la recesión se prolongue durante 2026. En síntesis, desde el plano regional se reconoce que Argentina ha entrado en una fase recesiva, y se exhorta a tomar acciones para que esta no se profundice o extienda más de lo necesario.

La visión de CIFRA sobre la coyuntura

El centro de estudios CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina) –vinculado a la CTA– aporta otro ángulo, enfocando en la evolución reciente y el mercado laboral. En sus informes de coyuntura, CIFRA subraya que el gobierno actual inició su mandato sumido en una recesión: el año 2024 cerró con una caída del 1,7% del PIB, la segunda contracción anual consecutiva (tras el -1,6% de 2023). Según este análisis, la recesión de 2024 tocó fondo en el 2° trimestre de 2024, tras lo cual la economía mostró una recuperación paulatina en la segunda mitad de ese año.

Esa mejora estuvo apuntalada en parte por una desaceleración de la inflación y por la expansión de las exportaciones, que trajeron alivio temporal a ciertos sectores. De hecho, CIFRA destaca que en el 1° trimestre de 2025 el PIB logró ubicarse apenas 1,2% por encima del nivel de dos años antes (1° trim. 2023) gracias al empuje exportador.

Sin ese factor externo, la actividad interna aún estaría alrededor de 4% por debajo de los niveles pre-crisis. Esto indica que, aunque el nivel agregado de producción se recuperó en los números, la demanda interna permaneció débil y no todos los sectores se recuperaron de manera uniforme.

La heterogeneidad de la recuperación se refleja en el empleo y los ingresos, temas en los que CIFRA hace foco. Tras la fuerte caída inicial de la actividad a fines de 2023 e inicios de 2024 (producto de la devaluación y el ajuste fiscal del nuevo gobierno), el mercado laboral perdió cientos de miles de puestos y recién volvió a crear empleo hacia finales de 2024. Para el primer trimestre de 2025, el empleo total aún mostraba desequilibrios cualitativos: había menos trabajo asalariado registrado (-33 mil puestos) que dos años antes, mientras aumentó el empleo precario o no registrado.

Los salarios reales tampoco lograron recomponer plenamente su poder de compra tras el desplome de inicios de 2024, permaneciendo en junio de 2025 un 5,5% por debajo del nivel previo a la devaluación. Todos estos indicadores sociales suelen rezagarse pero finalmente resentirse en un entorno recesivo, confirmando el impacto amplio de la contracción económica. En resumen, el diagnóstico de CIFRA es que, luego del rebote de finales de 2024, la economía argentina no logró consolidar un crecimiento sostenido: persisten fragilidades estructurales (como salarios deprimidos, empleo precario y dependencia de exportaciones) que la dejan expuesta a caer nuevamente en recesión ante cualquier shock o ajuste adicional. Los datos de mediados de 2025 parecen darle la razón a esta cautela, mostrando signos de un nuevo enfriamiento económico que nos coloca a las puertas de otra recesión técnica.

Conclusiones: ¿Argentina ya está en recesión?

Con los datos disponibles al tercer trimestre de 2025, todo apunta a que Argentina ha entrado en recesión técnica o está a un paso de hacerlo. La caída del PBI en el segundo trimestre rompió la racha de recuperación y varias estimaciones indican que el tercer trimestre también terminó en terreno negativo, cumpliendo la definición clásica de recesión. Si bien el INDEC aún debe confirmar oficialmente la cifra del PBI del tercer trimestre, la evidencia de diversos frentes –sector real, indicadores adelantados, proyecciones internacionales– coincide en diagnosticar un enfriamiento generalizado de la economía. En particular, la contracción simultánea de sectores clave (industria, comercio, construcción, agro) es un signo inequívoco de recesión en curso, más allá de que algunos agregados anuales todavía muestren crecimiento gracias al arrastre estadístico.

El presidente que era experto en crecimiento con o sin dinero usó mucho dinero para que estemos en recesión y llenos de deudas.

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Leandro Retta