Espert Villaverde Bullrich Karen y hasta Milei tienen vínculos con Machado

Todos los vínculos que se conocen hasta ahora entre libertarios y Fred Machado

Javier Milei dijo alguna vez que “si tuviera que elegir entre el Estado y la mafia prefiero la mafia, pues tiene códigos”. Y también que “la verdad es que Al Capone era un héroe”. No son «chistes» aislados: mientras el Presidente reivindica mafias en cámara, el universo libertario se llena de nombres que aparecen una y otra vez en la causa contra Federico “Fred” Machado, empresario argentino extraditado por narcotráfico y lavado a Estados Unidos.

¿Quién es Machado? La justicia de Texas lo acusa de usar una red de empresas, entre ellas Wright Brothers Aircraft Title, para lavar millones de dólares vinculados al tráfico de cocaína, y de montar un esquema de compra y venta de aviones al servicio del narco. Fue detenido en Neuquén en 2021, pasó años con domiciliaria en una estancia en Viedma y en noviembre de 2025 finalmente fue extraditado a Houston. Antes de subirse al avión dejó un mensaje: si lo entregaban, él iba a “fundir todo” y el país se caería “mañana”, mensaje que, según la crónica, estaba dirigido a Santiago Caputo, cerebro político del gobierno.

Sobre este telón de fondo, distintas investigaciones periodísticas empezaron a reconstruir los vínculos de Machado con figuras de La Libertad Avanza y su periferia: José Luis Espert, Lorena Villaverde, Karen Reichardt, el círculo de Lácteos Vidal apadrinado por Patricia Bullrich y el propio Milei a través de su abogado de confianza, Francisco Oneto. Lo que sigue es ese mapa, armado con lo que ya está publicado en expedientes y medios, más allá de los gritos de “opereta” o «chimentos de peluquería» que se escuchan cada vez que aparece un dato nuevo.

El caso más conocido es el de José Luis Espert. Documentos del Bank of America incorporados a la causa de Houston muestran una transferencia de 200.000 dólares desde Wright Brothers –empresa asociada al clan Machado– hacia una firma vinculada al economista en enero de 2020. Ese giro se inscribe en un contrato por hasta 1 millón de dólares en “asesoría económica” firmado con una minera ligada a Machado. Espert admite haber recibido los 200.000 dólares y haber usado un avión y un vehículo blindado del entorno de Machado, pero sostiene que se trató de honorarios profesionales y que no hubo financiamiento de campaña irregular.

Más allá de cómo se catalogue la operación, los hechos son claros: el principal candidato liberal de 2019 se financió y se movió en campaña con recursos provenientes de un empresario que ya estaba bajo sospecha internacional. Cuando años después Espert se integra a La Libertad Avanza y aporta “dinero fresco al laboratorio” libertario, según uno de los fundadores del espacio, ese pasado viaja con él. No hace falta demostrar que el dinero de Machado terminó en la caja de Milei para ver la trama: el narco-mecenas se sienta muy cerca de la mesa donde se gesta el actual oficialismo.

En paralelo, Milei elogia a evasores y mafiosos en público. “La verdad es que Al Capone era un héroe”, dijo en una charla donde presentaba su libro y explicaba que el problema no era el traficante sino “una regulación estúpida” que había creado el negocio ilegal. No es solo un exabrupto: calza demasiado bien con un proyecto donde la frontera entre dinero limpio y sucio parece negociable mientras el discurso exalta la “libertad” del capital.

El segundo nodo es María Lorena Villaverde, hoy diputada libertaria por Río Negro. Su ficha pública la muestra con un prontuario pesado: fue detenida en 2002 en Florida por transportar 15 kilos de cocaína, y en Argentina acumula investigaciones por evasión, venta irregular de terrenos en Las Grutas y posible blanqueo de fondos de origen narco, además de un embargo millonario. Distintos medios la señalan como pareja de Claudio “El Lechuga” Ciccarelli, primo y presunto testaferro de Machado, beneficiario de múltiples concesiones de arenas silíceas claves para Vaca Muerta en Río Negro.

No es solo un vínculo sentimental: Ciccarelli aparece como el hombre de confianza del entramado de arenas, empresas y propiedades en la Patagonia asociadas a Machado, y fue quien aportó el vehículo blindado que usó Espert en campaña. Ante este cuadro, un sector de la oposición en el Senado llegó a plantear aplicarle a Villaverde el “método Patti” (impedirle asumir por indignidad) cuando aspiraba a una banca en la Cámara alta, como anticipamos en VEM. La Libertad Avanza defendió su lugar como si estuviera en juego la pureza de la revolución liberal pero ahora se complicó su ingreso al Senado, que se votará en el recinto.

El tercer nombre propio es el de Karen Reichardt, diputada bonaerense que llegó al Congreso en la lista del espacio libertario. Investigaciones de ElDiarioAR y otros medios muestran que su ex marido, Gustavo Balabanian, figura en las planillas del Bank of America y en los cuadernos del lobista Miguel Ángel Calvete como receptor de 230.000 dólares vinculados a operaciones de Machado. La Libertaria reconoció públicamente el giro y lo definió como una operación “en blanco” de compraventa de inmuebles, negando cualquier irregularidad. Demasiadas casualidades.

La mención de Balabanian no aparece en el vacío. Forma parte de los apuntes que hizo Miguel Ángel Calvete, lobista ultraliberal y padre de Ornella Calvete, la funcionaria del Ministerio de Economía a la que le encontraron 700.000 dólares en efectivo en su departamento en el marco de la causa por supuestos sobornos en la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS). Ornella, que trabajaba bajo la órbita directa de Luis Caputo, renunció tras los allanamientos. Su padre quedó señalado como presunto recaudador de fondos para el oficialismo, y en sus anotaciones aparecen referencias cruzadas a dirigentes libertarios, operadores y empresarios, entre ellos el entorno de Reichardt.

cuaderno de calvete donde aparece karen y su marido

El cuarto vértice es el clan Bada Vázquez, más conocido por su empresa Lácteos Vidal. En 2024 se convirtieron en héroes de la cruzada antisindical de Patricia Bullrich: con Florencia Arietto montaron el “Movimiento Antibloqueos” para demonizar protestas obreras, especialmente la de los trabajadores lecheros de Atilra, presentando a los patrones como víctimas ejemplares. Esa sociedad política con Bullrich y con el discurso que luego abrazó Milei colocó a Lácteos Vidal en el centro del dispositivo ideológico del actual gobierno contra los sindicatos.

Lo que ahora salió a la luz es que los Bada Vázquez no solo compartían causas con el mileísmo: también compartían bancos. La causa de Texas muestra que el apellido “Bada Vázquez” aparece una media docena de veces en las planillas del Bank of America, con operaciones que van de 20.000 a 400.000 dólares vinculadas a Wright Brothers, la empresa de Machado. En un registro figura “Vidal Bada Vázquez” enviando 200.000 dólares a esa firma. En otro, “VIDAL OR ALEJANDRA BADA VAZQUEZ” aparece asociado a una transferencia de 40.000 dólares en criptomonedas, también hacia Wright Brothers.

Según investigaciones de Tiempo Argentino y otros medios, Alejandra Bada Vázquez habría canalizado luego importantes aportes –más de 200 millones de pesos– a la campaña presidencial de Patricia Bullrich en 2023, lo que abre el interrogante sobre si parte del dinero que fluía entre Bada Vázquez y Machado terminó lubricando la campaña de la candidata PRO aliada de Milei.

La empresaria niega conocer a Machado y sostiene que cualquier aporte a Bullrich fue personal y legal, no de la compañía. Pero la combinación de transferencias en dólares con origen o destino en Wright Brothers y la militancia política compartida deja un olor fuerte, difícil de tapar con comunicados.

Por si faltara algo, una avioneta vinculada a Transportes El Nacional –empresa de Alejandro Bada Vázquez y María Cecilia Roncero– fue secuestrada en enero de 2025 en Ibicuy, Entre Ríos, con más de 350 kilos de cocaína a bordo. La aeronave había sido vendida a precio irrisorio a personas luego imputadas en el caso. En allanamientos posteriores se encontraron alrededor de 600.000 dólares en la casa de la familia. Los Bada Vázquez niegan cualquier vínculo con el narcotráfico y alegan que la venta fue una operación comercial de buena fe, hoy bajo investigación judicial. Otra vez, la línea que une empresas amigas del gobierno, su guerra contra los sindicatos y los circuitos de la cocaína pasa demasiado cerca.

Sobre todo esto se tiende un hilo fino pero muy concreto: el abogado Francisco Oneto. Chequeado y otros medios reconstruyeron cómo Oneto es al mismo tiempo el abogado personal de Milei en causas sensibles –como la criptoestafa “Libra” y demandas contra periodistas– y el defensor de Federico “Fred” Machado frente al pedido de extradición de Estados Unidos. El mismo estudio que cuida la reputación del Presidente intenta evitar que el presunto narco sea juzgado en Houston. Los conflictos de interés no son un detalle académico: si Machado decide “fundir todo”, como prometió, será Oneto quien administre qué se dice, dónde y cuándo.

En ese contexto, la advertencia de Machado antes de subir al avión –que si hablaba “el país se caía mañana” y que su mensaje era para Santiago Caputo– deja de sonar como bravuconada de película y se vuelve un síntoma político. No es un narco cualquiera amenazando a un gobierno cualquiera: es alguien que financió a sus referentes, hizo negocios con sus empresarios amigos, gira dólares a sus candidatos y comparte abogado con el Presidente.

La reacción oficial, hasta ahora, se mueve en dos registros. En público, Milei se sube al escenario del America Business Forum en Miami –la capital de las offshore donde también operan sociedades de los Bada Vázquez–, recibe las llaves de la ciudad y promete que en la Argentina “el que las hace, las paga”. En privado, sus voceros gritan “opereta kirchnerista” y se niegan a abrir una sola comisión investigadora sobre el financiamiento de campaña, los contratos de Espert, las planillas del Bank of America o el expediente texano.

Cuando se mira el cuadro completo, la pregunta deja de ser si hay “un vínculo” entre libertarios y Fred Machado y pasa a ser cuántas veces puede repetirse el mismo nombre en causas de narcotráfico, lavado y vuelos con cocaína sin que nadie del oficialismo se dé por aludido. Una diputada con antecedentes por tráfico y pareja de un primo-testaferrro, otra diputada cuyo ex figura en los apuntes de un recaudador, un economista estrella que tuvo que renunciar a su candidatura y que cobra honorarios de una empresa del narco, empresarios mimados por Bullrich con transferencias cruzadas a la firma investigada y el abogado que une al Presidente con el imputado central. Y esto es sólo lo que conocemos. Como se sabe, las operaciones con dinero negro son difíciles de rastrear.

Mientras tanto, el discurso oficial sigue hablando de “casta”, de “narcoestados” ajenos como Venezuela o Colombia y de “mafias sindicales”. Y Milei, que alguna vez confesó que prefiere la mafia al Estado y que Al Capone le parece un héroe, se presenta como cruzado contra el crimen. En algún punto, el problema ya no es lo que diga Machado cuando hable, sino cuánto más va a poder sostener este gobierno la ficción de que la mafia está siempre del otro lado del mostrador.

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Leandro Retta