La noticia que enciende la grieta (cinéfila): la Academia argentina eligió “Belén”, de Dolores Fonzi, para representar al país en los Premios Óscar 2026 (Mejor Película Internacional) y en los Goya. En la semana en que el Gobierno se abrazó al cine “anti-woke” (principalmente Homo Argentum), el voto de la comunidad audiovisual fue para un film feminista, judicial y político, inspirado en un caso real de criminalización del aborto. Traducción: la “batalla cultural” también se libra en la alfombra roja —y hoy la estatuilla simbólica se la lleva Belén.
¿De qué va Belén? Fonzi dirige y actúa en la historia de una joven tucumana encarcelada tras un aborto espontáneo. El film llegó a San Sebastián como una de las cartas fuertes del cine argentino y, al mismo tiempo, como gesto de resistencia en un contexto de recortes al INCAA. La prensa ibérica destacó su “lucha” y el pulso político del relato, que dialoga de frente con debates actuales sobre derechos y Justicia.
El contraste con la otra “revelación” del momento, “Homo Argentum”, no podría ser más claro. La película promocionada en privado por Milei ante ministros y legisladores —y a la que el propio Presidente calificó de antídoto contra la agenda “woke”— buscó ocupar la conversación pública con humor corrosivo y guiños gubernamentales. Pero en la votación que define la candidatura oficial a los premios, ganó Belén. Puntaje para el cine de tesis; derrota para la épica libertaria de proyección privada.
Para el público ansioso: ¿se puede ver Belén en streaming? La respuesta corta es que por ahora está en salas, pero tiene acuerdo para llegar a Prime Video este año (fecha a confirmar).
Más allá de alfombras y plataformas, la elección tiene lectura política. Belén se inserta en la discusión por derechos reproductivos y vuelve a poner en agenda un caso que fue emblema regional. En Europa, críticos y crónicas del festival leyeron la película como parte de un frente cultural que persiste pese a la poda presupuestaria: el cine argentino “sigue de pie” y compite donde más duele a la narrativa oficial —en el prestigio internacional.
¿Y “Homo Argentum”? Seguirá su propio circuito de taquilla y polémicas —con apoyo de la comunicación oficial y rechazo de buena parte de la crítica—, pero sin la chapa simbólica que dan la Academia local y las academias extranjera y española. Si el Gobierno quería que la conversación cultural girara en torno a su comedia de moda, hoy la agenda dice otra cosa: Argentina viaja a Óscar y Goya con un drama judicial dirigido por una actriz-directora feminista. A veces la “batalla cultural” se decide con votos… de cineastas.
Para el cuaderno de ruta: Belén buscará entrar en la shortlist de la Academia y competir por la nominación del Óscar (gala del 15 de marzo de 2026) mientras aspira al Goya a Mejor Película Iberoamericana. En paralelo, el equipo prepara el lanzamiento en plataformas. Si llega a los finalistas, la conversación se multiplicará —y, de paso, el termómetro de la grieta cultural también.