la casa rosada lo cuida para que se eviten escraches o declaraciones desafortunadas

Desde la Rosada reducen la actividad de campaña de Milei al mínimo para evitar el “burn out” que lo haga cometer más errores

A menos de una semana de las legislativas, el plan oficial cambió: menos calle, menos TV, menos riesgos. El Presidente bajó su presencia en Buenos Aires a cero y no viajará a Salta, movida que el propio Gobierno justificó como “decisión de estrategia electoral”. En paralelo, se concentra en Córdoba y Rosario para el tramo final.

El dato más visible: se bajó del cierre bonaerense y dejó el músculo del conurbano en manos de Diego Santilli, el que iba a ser tercero, con un esquema de “acto chico + militancia local”. La lógica detrás es manual de crisis: si los sondeos no acompañan en PBA, evitá la foto perdedora y mudá el foco a plazas donde el oficialismo se siente más cómodo.

¿Y la gira norteña? En Salta, el Ejecutivo negó que Milei se caiga por “inseguridad” y lo enmarcó en la táctica general. Traducción: no hay agenda presidencial allí en la semana clave. Menos exposición, menos chances de nuevo traspié.

El repliegue mediático también asoma. Medios provinciales señalan que en el oficialismo prefieren que Milei “se guarde” tras entrevistas ásperas y tropiezos recientes; el objetivo es reducir el error no forzado en la previa, dado el visible agotamiento que muestra el presidente. A nivel nacional, TN cubre la recta final con un vocero hiperactivo (Adorni) y sin sobreexponer al Presidente en formatos largos. No es silencio: es racionamiento.

¿Funciona? El País describe a un Milei que llega a la semana final con campaña intensa pero desgaste político y economía frágil; en ese cuadro, blindarlo de cámaras y escraches evita sumar ruido. Se agrega un condimento: también retiró actividades en Río Negro, donde el caso Villaverde–Machado podía contaminar agenda. Menos frentes abiertos, menos incendios.

En resumen: la Rosada pisa el freno. El Presidente abandona PBA en el sprint, no va a Salta, acota actos y dosifica micrófono e incluso baja a la TV Pública porque La Nación+ y A24 ya le parecían demasiado cuestionadores. La apuesta es quirúrgica: evitar el “burn out” del líder (con encuestas adversas en Provincia) y conservar energía para plazas amigas. Puede salir bien si el mapa acompaña; si no, quedará la foto de una campaña que, en la hora decisiva, se achicó para no errar.

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Leandro Retta