La campaña libertaria quiso taparlo con una rinoscopía en vivo, pero el archivo pesa más que un hisopo. Lorena Villaverde, diputada de LLA y candidata a senadora por Río Negro, arrastra antecedentes penales y vínculos que hoy vuelven al centro: la oposición en el Senado evalúa aplicarle el “método Patti” —impedir que asuma— si llegara a ganar la banca.
¿Qué es el “método Patti”? Un antecedente de 2006/2008 en el que la Cámara baja bloqueó la asunción de Luis Patti por su prontuario de delitos de lesa humanidad; hubo debate jurídico, pero el criterio político quedó instalado: la Cámara puede resguardar su honor frente a casos graves. No es calcado a este, pero muestra que no todo vale para ocupar una banca.
Ahora, también puede ser que Lorena Villaverde no llegue a ocupar una banca de senadora porque salga tercera en Río Negro, sobre todo por sus vínculos narcos. En ese caso mantendría su banca de diputada, que vence en 2027. Algunos despachos ya hablan de que, después de las elecciones podrían iniciarse procesos para que abandone su banca por incapacidad moral.
El pasado que vuelve. Página/12 publicó en estos días dos piezas clave: una nota de repaso donde se afirma que Villaverde estuvo presa en Estados Unidos por un caso de tráfico de cocaína (con versiones periodísticas previas que hablaban de 15 kg y USD 50.000 incautados), y otra más reciente que la ubica detenida en Miami en 2002 por comprar un kilo de cocaína con USD 17.000. Hay diferencias en la cantidad de droga según cada reconstrucción, pero el núcleo no cambia: hubo detención y causa penal en EE.UU y tiene vedado el ingreso a ese país desde entonces.
El “narco-test” performático. Ante las denuncias, Villaverde se filmó haciéndose narcotest y rinoscopía para “despejar dudas”. Eso solo prueba que hoy no consumió; no borra antecedentes ni relaciones. El video existe; los antecedentes, también. Si las condenas se borraran con cotonete, Comodoro Py sería una farmacia.
La trama Machado. Perfil la ubicó como “la otra pata del narcogate”: su vínculo con Claudio “Lechuga” Ciccarelli, primo y señalado testaferro de «Fred» Machado, la enreda en una red de relaciones que ya salpicó a otros libertarios por aportes y plata dudosa. Noticias reconstruyó el mismo hilo días atrás. No es Twitter: son nombres propios y relaciones verificables.
La puesta en escena de campaña. En paralelo, Villaverde publicitó su narcotest en redes y medios; incluso hubo pedidos en TV para excluirla si avanzan pruebas de mayor peso. Nada reemplaza a la Justicia; pero para votar (o no) basta el estándar de idoneidad: ¿querés una banca nacional con esta mochila?
No es “guerra sucia”; es trazabilidad. Si el mileísmo promete “terminar con la casta” y “limpiar la política”, el estándar mínimo es no llevar al Congreso a quien llega con un prontuario sin despejar y relaciones oscuras con el narco. El voto es tuyo; la banca, de todos.
