contramarchas o escraches en posible marcha libertaria

Mar del Plata: el lugar elegido por Milei para volver a sus caravanas populares

En la Rosada definieron que uno de los próximos intentos de relanzar la campaña sea caminar por la calle Güemes, en Mar del Plata, según informó Página/12. Va a ser parte del operativo “volver a la calle” tras el 7S que trajo fiascos en varias ciudades como Lomas de Zamora, Ushuaia o Santa Fe. La apuesta no es casual: Mar del Plata la gobierna Guillermo Montenegro (PRO), hoy aliado de la Casa Rosada en el tablero bonaerense, y la ciudad suele ofrecer logística, seguridad y un público turístico más fragmentado que el conurbano.

El telón de fondo, sin embargo, es áspero: La Libertad Avanza perdió la provincia el 7 de septiembre. Con el escrutinio casi cerrado, el peronismo (Fuerza Patria) se impuso con ~47% y LLA quedó en ~34%, según datos oficiales y seguimientos de medios nacionales e internacionales. El oficialismo llega a Mar del Plata en modo recuperación, con bajada de Espert en el medio, no en modo festejo.

¿Por qué elegir “La Feliz”? Porque en términos estadísticos la Quinta Sección (donde está General Pueyrredon) fue de las zonas más rendidoras para LLA el 7S —junto con Bahía Blanca y la Sexta—, de acuerdo con los cortes por sección donde LLA superó el 40%, algo que no pasó en el resto de las secciones, ni en el conurbano ni en las ciudades agrícolas del interior. Ese diferencial territorial explica la idea de “jugar de local” en la costa.

Además, hay foto política: Milei y Diego Santilli programaron actividades en Mar del Plata junto a Montenegro, alineando Presidencia, posible gobernador en 2027 y municipio en la misma escena. Para un oficialismo que necesita orden de campaña, esa sinergia es oro: acto acotado, intendencia amiga y posibilidad de una caminata breve para redes. Ya ni buscan las caravanas rebozantes de fanáticos de la motosierra, apenas poder filmar 2 ó 3 minutos seguidos para que su aparato comunicacional pueda vender un baño de popularidad. No va a ser fácil.

El riesgo es el de siempre: las caminatas se volvieron una ruleta. En plazas y peatonales de ciudades grandes del interior puede salir bien o puede haber contramarcha y escraches. La experiencia reciente mostró que cuando la calle se pone hostil, el costo político es mayor que el beneficio del “contacto directo”. Mar del Plata no es el conurbano, pero tampoco es un set controlado.

En números puros, el relanzamiento en Güemes busca dos cosas: contener fuga en la Quinta y mostrar músculo tras la caída provincial. Si le sale, el gobierno tendrá su postal de “caravana popular” con aliados locales y un candidato nuevo en la boleta. Si no, reforzará el relato de fragilidad que dejó el 7S. En ciudades grandes nunca se sabe: la apuesta es comprensible; el resultado, incierto.