Hace una semana contábamos el runrún; hoy hay sello. La Cámara Nacional Electoral (CNE) confirmó que Patricia Bullrich recibió aportes de una empresa vinculada a Federico “Fred” Machado. No es un hilo de X, es registro administrativo: tinta real, no digital. El parte lo publicó La Política Online y encendió la luz de “siguiente capítulo”. Tres denuncias ya piden que se rastree el origen de esos fondos y su eventual triangulación. Y nosotros, por supuesto, trajimos pochoclos para ver a Bullrich contradecirse.
El mapa es cada vez menos conceptual: Lácteos Vidal en el centro, la ministra de seugirdad Bullrich en la punta visible y, del otro lado del tablero, Fred Machado, detenido y con extradición a EE.UU. a la vuelta de la esquina. Página/12 lo sintetiza: “hay fondos dudosos cerca de Bullrich” y el nombre de Vidal aparece en el expediente norteamericano que ya pulverizó la candidatura de Espert. ¿Se acuerdan de los USD 200.000? Bueno, Machado los reconoció y hasta detalló “servicios de asesoría” (que no aparecieron en ninguna boleta fiscal).
Que nadie diga que no hay derecho a réplica: La Nación publicó la versión de la empresa —“no conocemos a Machado, no aportamos a Bullrich”— y habló de una “reorganización societaria” viejita, de manual contable. Perfecto. Pero mientras la pyme jura por la nata que no, aparecieron tres presentaciones judiciales activas (San Isidro, fuero electoral y Comodoro Py por sortear) para investigar el nexo Vidal–Machado–Bullrich. Si la leche está bien no hay que preocuparse, dice la derecha.
Dato que no envejece: Espert no cayó por poesía. Cayó porque los papeles hablaban más fuerte que los slogans. Se registró su “admisión” de los USD 200.000 de Machado y el golpe político: el oficialismo bonaerense, a dieta estricta de explicaciones. Si el hilo de la CNE ahora pasa por Bullrich, el guion es parecido: seguir el papel de la inocencia.
Para completar el cuadro, el gremio ATILRA llevó “hechos nuevos” a la Justicia y varios medios locales registraron reuniones de Bullrich con Alejandra Bada Vázquez, la dueña de Lácteos Vidal y aportante registrada. ¿Reunirse con aportantes es delito? No. Lo relevante es si esa cadena se engancha con transferencias que nacen en el ecosistema Machado. Por eso hay tres pedidos de investigación: no es moralina, es trazabilidad.