Los efectos del tuit impreso y las promesas a futuro de Scott Bressent ya pasaron y el gobierno vuelve a estar en crisis. El veranito duró poco: hoy rebotó el riesgo país por encima de los mil puntos, cayeron los bonos en dólares y el Banco Central volvió a endurecer el cepo, señal de que el “respaldo” internacional no alcanzó para estabilizar expectativas ni precios.
El dato político-financiero del día es el regreso de una restricción clásica: si comprás dólar oficial, quedás 90 días sin poder operar MEP o CCL, y viceversa. El BCRA reinstaló esa barrera para cortar rulos y desarmar la incipiente brecha que volvió a abrirse entre las cotizaciones. Es, en los hechos, más control para un mercado que ya venía intervenido. La máxima libertaria de que todo lo regula el mercado vuelve a chocar contra la realidad.
En paralelo, los dólares financieros volvieron a moverse al alza: el MEP y el CCL operan por encima de la marca de comienzos de semana (rondando la zona de $1.38–$1.41 según pantalla y horario) y el blue también recalienta, mientras el riesgo país supera nuevamente los 1.000 puntos al compás de otra rueda roja para los bonos soberanos. La foto confirma que el “efecto anuncio” se agotó y que el humor del mercado pasó del eufórico al prudente en cuestión de jornadas.
Los bonos en dólares profundizaron la toma de ganancias de ayer, con caídas intradiarias y un riesgo país que volvió a cuatro dígitos, después de tres días donde los libertarios se ilusionaron con seguir bajándolo hasta los 400 puntos. La lógica es transparente: sin hoja de ruta firmada (montos, condiciones, cronograma) el trade del alivio se seca rápido. Donde no hay programa, manda la volatilidad.
¿Por qué el oficial no se movió? Porque todavía pega el efecto de las retenciones 0: el Gobierno habilitó un cupo de USD 7.000 millones para liquidar a alícuota cero con plazo de 3 días para vender las divisas, y ese flujo ayudó a sostener la oferta en el MULC. El cupo, de hecho, se agotó en tiempo récord y las retenciones ya volvieron; el envión podría sentirse solo por unas jornadas. Cuando ese manantial se termine de secar, la presión sobre el oficial volverá donde siempre.
Así, el guion de la semana cierra con una síntesis incómoda: volvió el cepo cruzado, suben los dólares financieros, caen los bonos y el riesgo país otra vez mira para arriba. Si no aparecen definiciones concretas sobre el auxilio externo —y sus condiciones—, la próxima semana (después del martes) puede traer más presión cambiaria, con el oficial sosteniéndose mientras dure el rezago de la liquidación y el resto de las cotizaciones buscando un nuevo equilibrio. La película ya la vimos: los efectos especiales duran poco; la macro, no.