Milei sigue atacando a los bahienses

Nuevo golpe de Milei a Bahía: en el presupuesto 2026 no hay plata para el Paso Urbano «El Cholo»

“En el Presupuesto 2026 la megaobra del Paso Urbano ‘El Cholo’ volvió a desaparecer del radar nacional”. Esa es la conclusión que hoy circula en la política bahiense: en la primera lectura pública del Proyecto de Presupuesto 2026 y sus planillas, dirigentes locales como Pablo Daguerre o Álvaro Díaz detectaron que no figura una partida identificable para la Autopista Paso Urbano RN3–RN33 (intercambiador “El Cholo”), la obra vial que quedó a medio hacer y es estratégica para el acceso al puerto. El dato empezó a moverse en redes y radios: concejales y medios locales advirtieron que en el anexo de obras 2026 no aparece el proyecto —ni como reactivación ni como obra nueva—, abriendo otra temporada de incertidumbre.

El cuadro duele más porque en 2025 la obra había sido reincorporada con una partida de ~$27.000 millones, según comunicaron en su momento el municipio y la prensa bahiense. Aquella “reparación” presupuestaria llegaba tras un 2024 paralizado, con el avance físico clavado alrededor del 43–44% y frentes abandonados en la traza entre la RN33 (Sesquicentenario) y la RN3 Sur. Hoy, el péndulo vuelve a la mala: si 2025 fue la excepción, 2026 vuelve a ser el año sin renglón.

La macro ayuda a explicar el vacío: el propio análisis del Presupuesto 2026 anticipa obra pública en el piso (alrededor de 0,4% del PBI), apenas para “mantener trabajos en marcha”. Con esa frazada corta, Nación prioriza concesiones, mantenimiento y algunos corredores críticos; lo que no entra en esa caja mínima, se posterga o se empuja a financiamiento alternativo (provincias, municipios, puertos). En ese recorte de prioridades, el Paso Urbano vuelve a quedar en la cornisa.

Más allá del poroteo, la obra no es un capricho local: es el nudo vial que ordena el cruce RN3–RN33 y descomprime el acceso logístico al complejo portuario de Bahía Blanca y el acceso a la localidad de Cerri. El proyecto incluye 11 puentes, colectoras, pasarelas peatonales e iluminación LED, pensado para separar flujos urbanos y de cargas. Cuando estuvo activa, Vialidad Nacional la presentaba como “una de las obras de mayor envergadura de la región”. Hoy, sin dinero comprometido, el riesgo de elefante blanco vuelve a escena.

La política local ya empezó a mover fichas. Dirigentes de distintos espacios reclamaron explicaciones a Vialidad y a Economía, mientras piden un “ruteo” financiable: por ejemplo, habilitar que el Consorcio del Puerto aporte a obras complementarias y que Provincia/Nación definan un esquema mixto para cerrar lo crítico del intercambiador. No sería la primera vez: en 2024 ya se hablaba de usar recursos propios del puerto para mantenimiento de accesos mientras se destrababa el expediente mayor.

Para el lector bahiense, la frase importante es esta: si el Cholo no está en el Presupuesto 2026, no hay obra. Sin renglón, no hay licitaciones, no hay certificados, no hay nada. La ventana política es ahora, durante el debate parlamentario: incorporar la obra como anexo o como modificación al plan de Vialidad. Si no aparece en la ley o en una reasignación firme, 2026 será otro año perdido y el 44% construido seguirá oxidándose.

A esta altura, la discusión no es solo de “plata vs. obra pública”, sino de competitividad regional. Un puerto que crece, una refinería y un polo petroquímico demandan accesos previsibles; cada mes que se frena el Cholo, se paga en congestión, siniestralidad y costos logísticos. Y en política también se paga: Bahía debería aprender que, cuando Nación apaga el Excel, la ciudad queda afuera del mapa.