La Corte Suprema rechazó los planteos de la defensa y habilitó la extradición de Federico “Fred” Machado a Estados Unidos. Con el fallo firme, el Ejecutivo ya aprobó el trámite: el empresario dejará el arresto domiciliario y pasará a una unidad penitenciaria hasta su entrega. En el expediente norteamericano lo esperan cargos por narcotráfico, lavado y fraude; en la Argentina queda flotando una bomba política que salpica al oficialismo en plena campaña.
El caso es políticamente letal porque Machado admitió haber financiado a José Luis Espert en 2019, y la secuencia de pruebas y contradicciones obligó al economista a bajarse de la candidatura bonaerense a tres semanas de la elección. “Recibí USD 200.000 por consultoría”, dijo Espert, pero la tormenta no paró: transferencias, vuelos compartidos y videos lo dejaron sin margen y forzaron su renuncia, un golpe que muchos registran como el mayor traspié de LLA en la provincia de Buenos Aires, aún peor que los resultados del 7-S..
La extradición agrega tensión porque abre la puerta del ventilador. En los pasillos se repite que varios orbitando a Espert —y por elevación al Gobierno— ruegan que el “cuaderno de novedades” de Machado no se prenda antes del 26 de octubre. No ayuda que, en paralelo, circulara un video donde se ve a Espert reclinándose junto a una pileta en una casa atribuida a Machado, clip que primero se desmintió y luego se explicó con rodeos. La pieza fue difundida por programas y portales y se volvió una postal de la intimidad de ese vínculo. No son pocos los que dicen que fue el propio Machado el que hizo público el video para meter presión o dar un mensaje.
Repaso de lo duro del expediente en EE.UU.: además de las acusaciones de narcotráfico y lavado, fiscales federales describen una trama de fraude con aviones privados —operaciones simuladas, leasing trucho y estafas a inversores— con un daño estimado en US$ 250 millones. La cronología pública marca que Machado fue arrestado y liberado en Texas en 2020, fugó a México y entró a la Argentina en 2021, donde quedó a disposición de la Justicia hasta este desenlace.
¿Milei conocía a Machado? Hasta ahora no apareció material audiovisual que los muestre juntos ni documentación que pruebe trato directo; pero no son pocos los que dudan de si no habrá material que los vincule. Esa es también la línea que remarcan los cables internacionales: el caso golpea a un aliado clave de Milei y expone al oficialismo, pero no prueba un vínculo personal del Presidente con el empresario.
Con el fallo listo y la firma administrativa ya estampada, el cuadro inmediato es simple: Machado espera la extradición en cárcel común mientras en Buenos Aires crujen las justificaciones. En Balcarce 50 se jura que el tema está “judicializado” y que las explicaciones son de Espert; en campaña, sin embargo, el costo es compartido. La combinación de derrotas legislativas, economía nerviosa y ahora narcoescándalo con extradición dibuja el peor set para un oficialismo que quería hablar de orden en estas elecciones.
El remate no es jurídico, es político: si del otro lado del Río Grande hay negociación por cooperación y Machado decide colaborar para mejorar su situación, los carpetazos pueden escalar de filtraciones a declaraciones bajo juramento. De momento, lo único cierto es que el “amigo incómodo” ya tiene pasaje de ida y que en el campamento violeta le rezan a la diosa de la cautela y el silencio para que el equipaje no traiga nombres nuevos.