La Federación Turca de Fútbol (TFF) formalizó un pedido a UEFA y FIFA para excluir a Israel de todas las competiciones, alegando la situación en Gaza. El presidente de la TFF, İbrahim Hacıosmanoğlu, envió la solicitud el 26 de septiembre y reclamó que la sanción rija “con efecto inmediato”. Es el primer miembro de UEFA que lo plantea públicamente a ese nivel.
En paralelo, un grupo de expertos de Naciones Unidas pidió días antes a FIFA y UEFA suspender a Israel “ante el genocidio en desarrollo” en los territorios ocupados, lo que elevó la presión política sobre los organismos. Además, activistas increparon a Gianni Infantino durante un acto, exigiendo la exclusión de Israel de la próxima Eliminatoria/ Mundial.
¿Hay calendario? Diversos reportes indican que UEFA está moviéndose hacia una votación en su Comité Ejecutivo (20 miembros), con mayoría favorable a tratar la suspensión de la federación israelí; la definición podría llegar la semana próxima, aunque ni UEFA ni FIFA abrieron aún un expediente disciplinario formal, al cierre de esta nota.
El contexto internacional ya no es tan indiferente como hace un año. En la ONU, Benjamín Netanyahu dio un discurso desafiante —que Israel amplificó con altoparlantes en ciudades de la Franja de Gaza— mientras crece el aislamiento diplomático y la presión de aliados. En las últimas jornadas, medios europeos y estadounidenses contabilizaron más de 64–65 mil palestinos muertos desde que Israel lanzó su ofensiva tras el ataque de Hamas de 2023.
Sobre el encuadre: muchos medios hablan de “guerra en Gaza”. Nuestro enfoque editorial —y el de múltiples expertos y organismos— es que esa etiqueta invisibiliza el carácter abrumadoramente civil de las víctimas (mujeres, niños, ancianos) y la opacidad informativa: Israel controla de forma estricta el acceso y la cobertura, y llega al extremo de difundir por altoparlantes mensajes oficiales dentro de Gaza, en una práctica que no evoca buenos momentos para la humanidad. El dominio total de la zona que practica el ejército de Netanyahu dificulta medir la escala exacta de los crímenes en tiempo real.
Volviendo al fútbol, el costado deportivo puede ser punta de lanza de sanciones más amplias, siempre con las que recibió Rusia por invadir Ucrania en el campo comparativo. La suspensión federativa no sería un hecho aislado: históricamente, medidas deportivas abrieron camino a paquetes de presión (comerciales, diplomáticos, de defensa) cuando una mayoría internacional juzga que hay violaciones masivas de derechos humanos. En este caso, el pedido turco y el pronunciamiento de expertos de la ONU buscan marcar ese umbral de intolerabilidad.
Apunte interno: el escritor Jorge “El Turco” Asís —que en su artículo sobre el tema era reticente a esa palabra— ya utiliza “genocidio” en sus columnas recientes, otro síntoma del cambio de clima en la conversación pública regional.
Qué mirar ahora: 1) si UEFA convoca formalmente el punto y vota la suspensión de la federación israelí (lo que arrastra a clubes y selecciones en Europa); 2) si FIFA abre un procedimiento propio (suma presión); 3) si la reacción política internacional escala en sanciones cruzadas más allá del deporte. Esta semana habrá señales: cuando los mandatarios de todos los países vuelvan con el clima internacional que respiraron en Nueva York.